Mirad, no es mal momento para escribir una entrada sobre mi, que desde la primera no ha habido ninguna. La ocasión lo merece. Muchos conoceis de sobra el trasiego de solicitudes que he tenido estos meses atrás para entrar de nuevo a la Universidad. No es por necesidad, sino por puro gusto de una mente inquieta que, tras 25 años de vida, por fin no se conforma con lo que tiene y busca ir más allá.
Mi primera opción fue hacer un Master de Turismo, acorde con mi actual titulación de Diplomado en Turismo y que además conformaría una manera de escalar en este mundo de títulos y etiquetas. No es lo mismo ser un post-graduado que un diplomado. A fin de cuentas no sirvió de mucho esta reflexión pues me quedé el 15 en lista de espera en la última adjudicación.
Barajé otras opciones, como entrar directamente en 3º de Comunicación Audiovisual. Siempre me llamó ese mundo y de hecho, antes que Turismo, fue mi primera elección tras la Selectividad. Pero me quedé fuera por menos de una décima, y ahora podía entrar tranquilamente. Pero claro, en 1º. Yo quería entrar en 3º y me quedé también a las puertas, el 10.
Al final acabé matriculándome en Psicología hace unas pocas semanas. Satisface mi interés y curiosidad, y además resulta ser muy vocacional para mi, así que en ello estoy inmerso.
En realidad, todavía no me ha dado tiempo a sentirme inmerso cuando, hace solo unos minutos, recibo una llamada de la Secretaría de la Facultad de Turismo. Cuando vi que eran ellos sabía para que llamarían y casi dudo entre aceptar o no. Cuando respondí, no me equivocaba, llamaban para comunicarme que quedó una plaza vacante y preguntarme si estaría interesado en ocuparla. Sin dejar que la duda siquiera arraigase como mala hierba en la oportunidad, acepté. Porque no estamos para dejar pasar las oportunidades.
Así que, el menda está ahora matriculado en Psicología y en un Master en Dirección y Planificación del Turismo. Nada más he sido consciente de lo que ello implica, he cogido un libro de Psicología y me he puesto a estudiar. Llegó la hora de despertar las cualidades que supuestamente tiene este cerebro, y la voluntad cuya falta durante 25 años lo ha postrado al apatismo.
